martes, 28 de agosto de 2012

Hablemos de pelota… otra vez


Comienza a subir la fiebre de la pelota, es imperceptible, apenas una destemplanza, pero ya se palpa que la temperatura comienza a escalar posiciones en torno a al deporte nacional de los cubanos. 

Para los fanáticos de la Isla, el receso impuesto por los Juegos Olímpicos de Londres en torno a temas beisboleros quedó atrás, y para calentar los motores llegó el Primer Campeonato Mundial de la recién estrenada categoría Sub 15 en Chiguagua, México. Y los cubanitos, que estuvieron imbatibles durante todo el torneo, cayeron en la final contra Venezuela, por abultado marcador y jugando mal en todos los órdenes.

¿Demostración del poco fogueo en esas edades? ¿Contagio del mal de los adultos en los últimos torneos de envergadura? Solo el tiempo lo dirá. De momento, es un alerta porque a este Mundialito no asistieron Los Estados Unidos, Japón y Dominicana entre otras potencias, cuyas federaciones alegaron temores por inseguridad en la sede. 
Tres matanceros vistieron la franela nacional en esta oportunidad, un jugador de cuadro, con buena actuación en el partido final, y dos lanzadores. Mientras, poco se sabe de la preselección nacional juvenil y su participación foránea en este año, con la probable incorporación de varios peloteros de esta provincia, después de quedar campeones en el último nacional de la categoría.
La Comisión Nacional aún mantiene el silencio en torno a temas de interés como la próxima Serie Nacional. Se ignora qué estructura la conformará, cuántos equipos y el calendario, exigido esta vez por la celebración del Tercer Clásico Mundial en marzo venidero. Los federativos inician en estos días una gira nacional para contrastar criterios de especialistas –incluidos los periodistas- y llegar a un consenso en este sentido. 
Por lo pronto, Matanzas anunció una preselección bastante ajustada, a juzgar por la tendencia de los últimos años y lo que otras provincias anuncian. Lo más llamativo resultó la incorporación de un grupo de los campeones juveniles, entre los que sobresalen varios lanzadores. 
Nombres tradicionales en los últimos representativos del territorio quedaron fuera del preseleccionado como Yaismel Alberro, Dunier Serrano, Alexander Hernández, Yousel Aguilar y Yussef Pagés, quienes causaron baja en medio de la temporada anterior, y Yosvany Fonseca, de quien se había dicho que solo se incorporaría si se le veían condiciones para lanzar. Su nombre aparece, pero sorpresivamente entre los integrantes del cuerpo técnico.
Justamente son las plazas de receptores, torpederos y lanzadores en las que la dirección del equipo anunció que haría mayor hincapié en la búsqueda de talentos, ya que resultan posiciones deficitarias en el listado. Los nombres de Hasiel Mancha y Julio González “suenan” en el cuadro con posibilidades de ocupar un turno en el orden al bate regular, Mancha con relevantes resultados en la última Liga de Desarrollo, y González, con un buen desempeño ofensivo en el torneo juvenil.
Habría que ver si entre los pítchers preseleccionados, algún juvenil consigue convencer con su rendimiento a los estrategas, toda vez que en dicha área parece haber diamantes en bruto como Alexander Bustamante, Noel Ortiz o el veloz Yoandy Caro. 
Quedan entonces las dudas en torno a la receptoría, donde apenas Orlando Arencibia ha recibido algo de juego para acompañar a Lázaro Herrera, quien se superó a sí mismo durante la post temporada, pero cuyas deficiencias defensivas saltan a la vista. 
En el área de los jardines, la ausencia temporal por lesión de Yadiel Hernández, podría abrir una brecha al retornado Yasser Pérez, de quien aún se espera mucho más, dadas sus potencialidades como juvenil, cuando fungía como tercer bate en un equipo donde militaban Yuliesky Gourriel y Kendry Morales. En las praderas llama la atención la inclusión del novato Víctor Mesa Ríos, proveniente de las filas juveniles en Villa Clara, donde obtuvo prometedores resultados. 
El equipo que representará a Matanzas será básicamente el mismo que en la temporada pasada llegó a la semifinal. Semejante hazaña le vale ahora una paradoja para su actuación: si bien pudiera convertirse el intento de repetir el logro en un elemento de presión, también pudiera ser un acicate para estos peloteros cuyos rendimientos individuales desde hace tres años hacían pensar en las posibilidades colectivas del seleccionado, las cuales solo cuajaron bajo la dirección de Víctor Mesa y el cuerpo técnico que encabezó el otrora jardinero central de Villa Clara y Cuba. 
Para los Cocodrilos el reto también será mantenerse, porque ahora parten como favoritos a disputar la clasificación, y no como sorpresa. Los demás ya saben de su calidad, y por tanto, pondrán más interés en los enfrentamientos mutuos. Pero estos jóvenes demostraron que saben crecerse, y ojo: ya saben de lo que son capaces y pueden acostumbrarse a la victoria en el juego a juego, a la presencia en preselecciones nacionales, al estrellato. 
La temperatura comienza a subir en Cuba con la pelota en el termómetro. Se anuncian fiebres contagiosas y una epidemia por toda la Isla, que, ojalá en marzo corone tanto desvelo con una apoteosis triunfal en el Clásico. Y si no ganan aún, jugar al menos, como saben hacerlo los cubanos. 

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