Brumosa amaneció Matanzas este martes. Es 11 de septiembre y se cumplen 11 años del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York y otros íconos de la cultura política norteamericana, cuyas verdades continúan como uno de los grandes misterios por resolver. Tal vez nunca se aclaren. Con saber del pandemonium que sobrevino después, no son necesarias muchas revelaciones. Se cumplen también 39 años de otro crimen que no necesita aclaración alguna: el asesinato a la democracia en Chile, la muerte de Salvador Allende y el ascenso al poder de uno de los mayores asesinos de la historia moderna: Augusto Pinochet. Hago referencia a todo lo anterior porque no sería honesto despertar esta día sin recordar el pasado. Por demás, la bruma que envolvía el Valle del Yumurí y toda la bahía de Matanzas esta mañana solo dejó algo de húmeda frialdad durante un rato para regalarnos este calor que no cree en ventiladores ni repentinos apagones del Sistema Electroenergético Nacional. Hoy comenzamos en la Unión de Periodistas de Cuba en esta ciudad, el curso 2012-2013. Los periodistas también vamos a las aulas y no hay mejor espacio que la Casa Social que nos acoge para tratar de superar nuestras propias deficiencias por nosotros mismos. La conferencia de apertura estuvo a cargo de la reportera de TV Yumurí Yahíris Hernández, quien devino profesora por algo más de una hora acerca de los vericuetos de la demografía cubana, ahora que estamos a punto de comenzar un nuevo censo de población y viviendas en todo el país. El curso no es más que la réplica de un seminario recibido por la colega en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, auspiciado por el Fondo de Naciones Unidas para la Población, y abunda en los problemas que presenta Cuba en materia demográfica. Sirve como plataforma de preparación a aquellos periodistas que aborden la temática del censo que comenzará el 14 de septimbre. Nos recordó de paso que vamos camino al enjecimiento de la sociedad cubana, que cada vez hay menos niños y más viejos y los que estamos en edad para cambiar esa realidad, no nos sentimos muy a gusto con la economía como para seguir llenando de vástagos los parques colindantes. Por cierto, de niños y parques ya estoy hasta la coronilla. Si Miguel y Mario, los hijos de mi mujer, que por ende ya son míos también, no me dejaban en paz con "Messi, Messi", hasta en la sopa sale Messi, ahora los dos hijos de sangre, que son de menor edad, andan tras un balón también. Aquellos destripando pelotas en la calle horas después de jugar con el alumbrado público, los otros tomando por asalto el cabaret de enfrente. Es la revolución de los chiquiticos, porque al argentino se le ocurrió venir en pequeño formato y ahora todos los que no levantan mucha distancia del piso lo tienen como un ídolo. Y con eso salta una vez más a mi mente la dichosa polémica del fútbol y la pelota. Que para mí no es tal, porque todavía este es un país de beisbol, aunque esos amores hay que cuidarlos. Y como todo buen amante de las bolas y los strikes también me quedé esperando por el anunciado programa de TV acerca del deporte nacional. Tal vez con una promoción de juegos de calidad, a la par del balompié internacional, que tiene sus espacios en la semana, nuestro mejor pasatiempo recupere todo el terreno perdido. Ya el día va avanzando y dentro de un rato también me iré a practicar softbol, porque el torneo nacional de la prensa está a la vuelta y hay que ponerse en forma. Mañana será otro día de ajetreo, y al amanecer, amanezca brumoso o soleado habrá que dedicar al menos un pensamiento para los 4 luchadores cubanos presos y uno que casi lo está en Estados Unidos por vigilar a terroristas tan bárbaros como los que tumbaron las Torres Gemelas. Mañana cumplen 14 años de injusto encierro. También para nosotros será otro día de lucha.
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