La pelota cubana comenzará a rodar el 3 de
noviembre venidero, y aunque el anuncio causó disímiles reacciones, comencemos
a analizar qué pudiera pasar a partir de esa fecha.
Para la Comisión Nacional
de Beisbol cada vez se hace más difícil presentarse públicamente porque los
vacíos de información que deja, las dudas que crea y el misterio con que aborda
un tema tan seguido por los cubanos deja mucho que desear.
El capítulo más reciente de esta tragicomedia
fue el secreto con que se mantuvo el inicio de la Serie –aparentemente debido
a que se retrasó la llegada de la tela de los uniformes-, aderezado con el
chismorreo acerca de la mudanza de los Gourriel, la salida del país de varios
atletas y las posibles contrataciones en el exterior.
Para el deporte cubano se impone una
actualización inmediata. Y sí, el bloqueo afecta, y bastante. Pero la
organización, la planificación con que se están asumiendo el resto de las
actividades económicas en el país obligan a dotar de mayor seriedad el
espectáculo nacional.
Las Grandes Ligas divulgaron el calendario del
año próximo y todavía no ha concluido el presente. Sin copiar innecesariamente
ni establecer comparaciones absurdas, la pelota cubana precisa de ordenarse de
manera que las autoridades de gobierno de todo el país puedan planificar las
actividades de apoyo a la pelota, y lo que es más obvio, que los atletas y
entrenadores sepan lo que van a hacer.
Pronósticos
La
prensa, como de costumbre, se enfrascará desde ahora en tratar de adivinar la
actuación de los equipos en liza a partir de las nóminas que presenten, las
actuaciones más recientes y los progresos vistos en los entrenamientos.
Dispongámonos pues a pronosticar qué sucederá
desde el 3 de noviembre cuando las novenas de Villa Clara y Matanzas sellen
oficialmente el inicio del campeonato de Cuba.
Tras la salida del país de un grupo de
peloteros con mayor o menor prestigio, las bajas por indisciplinas, retiros o
lesiones de otros, las nóminas de una buena parte de los conjuntos sufrirán
mermas para el torneo que se avecina.
Ello pudiera provocar un descenso en la
calidad del desempeño de varios seleccionados, lo que seguramente moverá el
mapa de la pelota. Al mismo tiempo, y a pesar de las afectaciones al
espectáculo que obviamente se producen al dejar de ver a luminarias de nuestro
béisbol, se pudiera producir una mayor paridad entre un grupo grande de equipos
que estarían presuntamente disputándose un puesto entre los ocho clasificados a
la segunda ronda.
A todas luces, Cienfuegos aparece como el más
afectado y muchísimos aficionados consideran condenados a los Elefantes a
quedar fuera de la segunda parte de la serie.
La pérdida de todo el bateo de fuerza, sus dos
receptores de puntería y su mejor lanzador –éste aún en forma-, harán que los
cienfuegueros se deban consolar casi de seguro con aplaudir a los suyos
mientras visten las casacas de otros equipos como refuerzos.
Industriales se reforzó ofensiva y
defensivamente con los Gourriel, será un “tanque”, como le llaman a los
seleccionados con mayor potencial de bateo. Pero el pitcheo de los azules es
toda una incógnita y habrá que ver cómo se presentan los dañados brazos de
Frank Montieth, Ian Rendón y Arleys Sánchez. El mentor Lázaro Vargas pudiera
apostar por ganar de todas todas tres de cada cinco partidos y en ellos situar
a lo mejor que tiene, dejando los otros dos juegos para los novatos… y cerrar
los ojos.
Sancti Spíritus continúa siendo una novena
sólida, pero dependerá de la recuperación de Frederic Cepeda, tras haber salido
lesionado el año anterior en una muñeca. Sus mayores preocupaciones rondan la
segunda almohadilla y encontrar sustitutos dignos para Yuliesky en el impulso
de carreras y la defensa de la tercera base.
Ciego de Ávila recibió un bálsamo de estímulo
con su triunfo en Canadá, sea al nivel que sea. El hecho es que ganaron y
regresaron con otro aire. La salida de Mario Vega deja un vacío que pudiera
llenar José Ramón Alfonso, pero la baja de Rusney Castillo sí le hace un hueco
en las rayas de Los Tigres. De todas maneras, si rindieran sus puntales, Ciego
tiene potencial ofensivo, defensivo y de pitcheo para luchar otra vez por la
clasificación y entonces completar la novena con los refuerzos necesarios.
Villa Clara tendrá que jugar sin Ariel Pestano
y Misael Siverio, quienes tomaron rumbos muy diferentes. El primero ya en los
últimos años había cedido protagonismo a Yulexis La Rosa, y tal vez eso
contribuya a aliviar su salida del diamante cubano. Los azucareros tienen
lanzadores para suplir con creces al segundo. Son los campeones y deben estar
nuevamente entre los cuatro, pero deberán hacer la tarea y recuperar el bateo
de sus principales figuras, incluido Ramón Lunar, quien aún se recupera
Del resto de los clasificados del año
anterior, Pinar del Río y la Isla
aparecen como los que menos cambios sufrirán de una temporada a la otra. Pinar
regresa con Alfonso Urquiola, su capacidad pudiera llevar a los pativerdes de
regreso al estrellato, con un cuarteto de abridores que nadie tiene. La
cohesión será la interrogante.
Los Piratas son los mismos del año anterior,
solo que con otro cerrador, Danny Aguilera, y un año más de experiencia para
varios de los jóvenes más talentosos. El manager Armando Jhonson tendrá que
ingeniárselas otra vez para sacar provecho a todos los renglones del juego y
sustituir la fuerza al bate que le falta a su alineación.
Del resto, trataremos en un próximo
comentario.
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