La Serie Provincial de Beisbol en Matanzas, y en casi todo el país, permanece huérfana de muchos incentivos. Dicha verdad pesa como una casa, pero las razones son múltiples y hay que buscarlas bien atrás.
En la pérdida cada vez mayor de talentos en los últimos años puede anclar una de las principales causas, perseguida muy de cerca por la depauperación del trabajo en la base, y sobre todo, y en mayúsculas, al deterioro progresivo y hasta la desaparición de instalaciones deportivas en los barrios, comunidades y placeres de toda Cuba, así como la escacez de equipamiento al alcance de niños y jóvenes.
Para Matanzas podemos encontrar otros antecedentes en el significativo retroceso del deporte nacional en este territorio, que llegó a contar establemente con dos equipos de fuerza similar en los campeonatos nacionales durante una década, que incluso, en muchas ocasiones se sucedieron en la tabla de posiciones del torneo del sexto lugar hacia arriba.
Desde hace un tiempo a la fecha, reaparecieron en nuestros municipios talentos jóvenes, atletas con capacidad para llegar a preselecciones nacionales en categorías inferiores, aunque dicho resultado no cuajó a nivel nacional hasta que la llegada a la provincia de un equipo de entrenadores encabezados por Víctor Mesa encausó las potencialidades hacia resultados colectivos de nivel.
Pero para hacer que el protagonismo alcanzado por los Cocodrilos sea perdurable no basta con mantener a los atletas de élite concentrados. Los torneos de base deben ganar en calidad, no solo en el juego como tal, sino en la organización, en los entrenamientos, para que "cada quien haga en la base lo que después tiene que hacer en la preselección de la Serie Nacional", como comentó recientemente Víctor Figueroa.
Claro, no basta con elevar el nivel de los juegos si no hay espectáculo, y en ello influye el público, el aseguramiento material, el transporte, y los medios. Es cierto que hace años no se transmiten juegos por radio, pero pienso que primero el interés de los aficionados debe crecer y después pueden satisfacerse dichas expectativas de diversas maneras.
Por lo pronto, la pelota provincial sigue su curso, y para su buena salud equipos como Calimete y Los Arabos se baten contra los favoritos de siempre de tú a tú. Y en la medida que se trabaje más serio en cada municipio con entrenadores, atletas y árbitros, la provincial será mejor, se llenarán más los estadios, y la radio y la televisión volverán a acercarse a ese espectáculo de pueblo.
Tabla de posiciones:
Colón 9-2
Limonar 8-3
Jovellanos 7-4
Calimete 6-6
Arabos 5-7
Matanzas 5-7
Unión de Reyes 3-8
Cárdenas 3-9
Última subserie del calendario regular este fin de semana:
Unión de Reyes juega en Cárdenas, Limonar en Matanzas, Calimete en Colón y Jovellanos en Arabos. Nada hay definido todavía, pero Calimete tiene todas consigo para entrar en los play off.
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En la pérdida cada vez mayor de talentos en los últimos años puede anclar una de las principales causas, perseguida muy de cerca por la depauperación del trabajo en la base, y sobre todo, y en mayúsculas, al deterioro progresivo y hasta la desaparición de instalaciones deportivas en los barrios, comunidades y placeres de toda Cuba, así como la escacez de equipamiento al alcance de niños y jóvenes.
Para Matanzas podemos encontrar otros antecedentes en el significativo retroceso del deporte nacional en este territorio, que llegó a contar establemente con dos equipos de fuerza similar en los campeonatos nacionales durante una década, que incluso, en muchas ocasiones se sucedieron en la tabla de posiciones del torneo del sexto lugar hacia arriba.
Desde hace un tiempo a la fecha, reaparecieron en nuestros municipios talentos jóvenes, atletas con capacidad para llegar a preselecciones nacionales en categorías inferiores, aunque dicho resultado no cuajó a nivel nacional hasta que la llegada a la provincia de un equipo de entrenadores encabezados por Víctor Mesa encausó las potencialidades hacia resultados colectivos de nivel.
Pero para hacer que el protagonismo alcanzado por los Cocodrilos sea perdurable no basta con mantener a los atletas de élite concentrados. Los torneos de base deben ganar en calidad, no solo en el juego como tal, sino en la organización, en los entrenamientos, para que "cada quien haga en la base lo que después tiene que hacer en la preselección de la Serie Nacional", como comentó recientemente Víctor Figueroa.
Claro, no basta con elevar el nivel de los juegos si no hay espectáculo, y en ello influye el público, el aseguramiento material, el transporte, y los medios. Es cierto que hace años no se transmiten juegos por radio, pero pienso que primero el interés de los aficionados debe crecer y después pueden satisfacerse dichas expectativas de diversas maneras.
Por lo pronto, la pelota provincial sigue su curso, y para su buena salud equipos como Calimete y Los Arabos se baten contra los favoritos de siempre de tú a tú. Y en la medida que se trabaje más serio en cada municipio con entrenadores, atletas y árbitros, la provincial será mejor, se llenarán más los estadios, y la radio y la televisión volverán a acercarse a ese espectáculo de pueblo.
Tabla de posiciones:
Colón 9-2
Limonar 8-3
Jovellanos 7-4
Calimete 6-6
Arabos 5-7
Matanzas 5-7
Unión de Reyes 3-8
Cárdenas 3-9
Última subserie del calendario regular este fin de semana:
Unión de Reyes juega en Cárdenas, Limonar en Matanzas, Calimete en Colón y Jovellanos en Arabos. Nada hay definido todavía, pero Calimete tiene todas consigo para entrar en los play off.