viernes, 16 de mayo de 2014

Fiesta y Reflexiones en el Campo

La producción de alimentos es la prioridad de los campesinos de Cuba que celebran este sábado el aniversario 55 de la promulgación de la Ley de Reforma Agraria.  Esa fue la primera medida radical que adoptó la naciente Revolución Cubana en 1959, y el primer choque frontal con la burguesía criolla, al entregar tierras a los campesinos, tratados como parias durante más de dos siglos.
Como cada 17 de mayo, el Día del Campesino es una jornada de fiesta para la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), organización que agrupa en la Isla a los productores agropecuarios con propiedades o usufructos.
Aunque en Cuba no acaban de bajar los precios de varios productos agropecuarios o de estabilizarse su presencia, en 2013 y lo que va de 2014 la ANAP cumplió la mayor parte de los planes de entrega al Estado. La demanda está lejos de satisfacerse, pero en esa cuenta entran también  empresas estatales, algunas más eficientes, otras menos.
Apenas 5 años atrás grandes desabastecimientos de viandas en placitas y agromercados urbanos marcaban la vida cotidiana en Matanzas y en el resto del país, junto a la inexistencia de puntos de venta y la especulación atroz con los precios, incluso del boniato.
Cierto es que todavía hay poca leche, carne de cerdo, carnero o pollo. Trabas e ineficiencias provocan pérdidas de productos o encarecimientos de los mismos. La Empresa de Acopio, por ejemplo, carece de capital para adquirir todos los alimentos que están en el campo, lo cual provoca que en unas ocasiones se pudran o en otras sean vendidos a intermediarios quienes juegan con los precios, especialmente en un territorio como el matancero, donde las diferencias salariales son más notables.
Otro aspecto que afecta distintas producciones se centra en los suministros agropecuarios. El Estado acuerda con los campesinos la entrega de varias producciones prioritarias como el frijol, les vende fertilizantes, semillas y petróleo, y en ocasiones el combustible llega cuando el frijol ya está en los sacos.
Los corrales a veces se congestionan de reses, porque las entidades encargadas de su compra no tienen dinero, y al ser ilegal la venta de las mismas de forma liberada o su sacrificio, pueden morir de hambre, como ha sucedido. Como una medida para controlar la disminución de la masa vacuna, en Cuba se prohibió a los campesinos matar ganado mayor, aunque fuera de su propiedad.
Ello lleva a repensar leyes y disposiciones, así como revisar los mecanismos establecidos para la comercialización de los productos del campo, pues la producción de alimentos constituye una prioridad en la Isla, ante la escalada de los precios de los mismos en el mercado internacional. 
Campesinos de Matanzas demuestran cotidianamente que cuando trabajan como deben, pueden cebar toros o alcanzar  rendimientos comparables a los parámetros internacionales de la caña de azúcar, así como obtener cantidades similares de papa a las que se conseguían antes de la crisis de los 90.
Para ellos no es fácil producir riquezas y bien ganado tienen el dinero que obtengan. Lo vital es que se creen condiciones para que los productos lleguen al consumidor sin exprimirles el bolsillo o caer en las tentaciones de la bolsa negra.
Y que también en el campo se gane conciencia. En Cuba se dice que el campesino comenzó a ser persona con la Revolución, pues después de la Reforma Agraria tuvieron médicos,  maestros,  luz eléctrica y carreteras. Por lo que este 17 de mayo sobran razones para celebrar y también para reflexionar qué se puede hacer mejor.










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